El girasol que se siembra en mayo, y que ofrece un precioso paisaje a la meseta castellana durante el mes de agosto, es recogido por estas fechas.
Se cosecha con la misma máquina que la del cereal, simplemente se cambian las bandejas del corte.
Las pipas (como dicen en el lugar) que se siembran son para producir aceite.
Este ha sido un año atípico, ya que han crecido sin apenas agua y sin ni siquiera alguna tormenta de verano que suele caer.
El girasol da bastantes nutrientes a la tierra y ni se le abona ni se le echa pesticidas. Se puede decir que es una planta ecológica.
Las temperaturas tan bajas de estos días han hecho secar todavía más a la planta, la cual coge un color negrecino.
El día 17 de octubre, bajó la temperatura a -2ºC a las 5 de la mañana, pero el día anterior ya hubo la primera helada del otoño a las 8 de la mañana bajando los termómetros a los -1.4 º C. Eso sí, a las 4 de la tarde subió la temperatura hasta los 16ºC.
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