Dejando paisajes del invierno que no fue y apenas existió por la escasa precipitación y temperaturas suaves.
Mucho frío y aire, alcanzando un mínima de - 3.1 ºC el 4 de abril.
Una agua muy muy necesitada para un campo sediento que se podía haber convertido en el peor resultado de los últimos 27 años. Ya que si no hubiera sido por este pequeño refresco aliviador , la cosecha se hubiera resentido considerablemente, aunque todavía es insuficiente para tan gran sequía.
Las previsiones a largo plazo auguran una Semana Santa cálida y sin lluvias, ya veremos.
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