Los raquíticos girasoles esperan pacientemente a ser cosechados por los impacientes agricultores.
Llevan secos con ese color oscuro de "pipas" desde hace varias semanas. Pero las últimas lluvias, tan generosas y tan dispensables esta vez, van a ralentizar la recogida del grano.
Prácticamente todas las parcelas están preparadas para ser sembradas cuando el tiempo empiece a ser más anticiclónico.
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