A lo largo del campo de Almazul se encuentra ya jalonado de cosechadores y tractores.
Están a pleno rendimiento los cosechadores (la mayoría son fuera de Almazul, pero algunos son de los fijos que vienen año tras año, que se sienten uno más en el pueblo) cosechan trigo y cebada en su mayoría.
Solamente el lunes tuvieron que parar por la mañana, ya que llovió un litro, impidiendo la óptima temperatura para cosechar. No obstante por la tarde secó y algunos pudieron continuar.
La cosecha está siendo muy buena, aunque no tanto como las previsiones del mes de junio que auguraban.
El grano sale en abundancia y la espiga es grande, pero el grano pesa poco, debido a que los últimos calores que hicieron estropear la maduración del grano.
Además habría que añadir que los precios se han desplomado comparados con el otro año.
Como diría el gran José Mota, las gallinas que entran por las que salen.
Muchos agricultores dejan su grano a otros intermediarios directamente, y el grano lo dejan físicamente detrás del cementerio, ya que la báscula municipal se encuentra aledaña al cementerio.
El pasado día era tan grande el montón que había, que tuvieron que venir más de 15 camiones para vaciar el montón y así pudieran seguir descargando los remolques.
Como anécdota, están tan trillados los caminos por el paso de maquinaria tan pesada y por la calor, que parece que hay un humo cuando pasan los tractores por los caminos.
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