sábado, 19 de septiembre de 2015

Zárabes con toque de encanto

Por muy pequeño que sea un pueblo, si ese pueblo es la procedencia de alguien, será siempre el pueblo más bonito del mundo para él.

Zárabes es una entidad local que pertenece al municipio de Almazul. Lo tenemos tan cerca y a la vez tan lejos. Es el gran desconocido. Quizás la carretera sea mala, pero las vistas y sus gente realmente merece la pena.

Todavía Zárabes conserva la arquitectura vetusta y austera de antaño, que sigue permanenciendo belleza y colorido.

Los habitantes de Zárabes, continúan arreglando las casas e incluso edificando. Han restaurado la iglesia. Además este verano ha habido hasta un bautizo en su pila bautismal.

Pero por muy pequeño que sea, la esencia sigue. Todavía se continúa celebrando las fiestas, hay banderines, la gente sigue reuniondose y disfrutando de Zárabes.

Milagros me comentaba que la gente sigue yendo a Zárabes, que se lo pasan muy bien. Hay muchos matrimonios y parejas que una parte es castellana y la otra catalana.
Constatamos que qué tendrán los sorianos que se van a casar con catalanes. Le comenté también que mi mujer era catalana.
Me decía que a sus parejas les encantaba regresar a Zárabes, a pesar de vivir tan lejos como Barcelona, Gerona...
Lo que ha unido el amor y la historia que no lo rompan cuatro títeres.

Que bonita combinación torreznos y butifarra. ¿Qué tendrá esta simbiosis castellana y catalana?
No, si al final es que los catalanes y castellanos están tan buenos como la butifarra y torreznos, y es que en definitiva todo viene del mismo cerdo (que no se sienta aludido ningún corrupto).

Cada vez que busco alguna diferencia entre uno de Mazaterón de uno de Almazul, no encuentro más que  miles similitudes y semejanzas. Lo mismo me pasa con uno de Asturias y uno de Cartagena, si en el fondo son españoles, y así lo mismo con un italiano y un danés, si en definitiva son europeos. Y lo mismo uno de Siria que de Soria, y lo digo en serio, que más da, si somos todos humanos.

Tiene que ser muy duro, dejar toda tu vida atrás, bienes, familia... tu tierra. Me recuerda a los emigrantes que tuvieron que dejar el pueblo en busca de una vida mejor. Realmente todo somos emigrantes.

Habría que buscar la raíz del asunto, que casi todo el mundo pueda disfrutar del sitio donde nació y no tenga que dejar todo. Y es que el hambre es la razón más valiente para recorrer miles de km, riesgos y hacer sacrificios.









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