sábado, 5 de septiembre de 2015

Salvemos la Peñalcázar

De todas las chorradas que digo, una de ellas fue hace años. Me dije a mí mismo que iría andando a la Peñalcázar andando al menos una vez al año, siempre que esté vivo y pueda, todo por esto orden. Como una costumbre, tradición e incluso perenigraje, como se quiera llamar.

De momento lo he cumplido, incluso algún año por compromisos, he subido tres veces.

Todos los años hago fotografías, si las pusieramos de más antigua a más moderna, la degradación del pueblo de la Peña es espectacular y da pánico.

Las vistas de allí arriba son maravillosas, esas sí que no cambian, y se percibe una paz y sosiego tremendo.

¿Cómo hemos dejadado que se convierte en polvo todo un pueblo?

En esta lista podría estar perfectamente la Peñalcázar.

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Tantas vidas e historias que habrán pasado por esas calles. Todavía se puede disfrutar de una calzada de piedras, que seguramente sea romana, un pueblo que fue  también visigodo y fue un enclave importante en la frontera de Áragón y Castilla durante la Edad Media. Incluso hay leyendas como la que el Cid la conquisto dos veces, la primera para pagar a sus soldados (hay que recordar que era un mercenario) y la segunda para darlo a los cristianos.

 Allí nació mi taratarabuelo Pedro Lacal; mi bisabuela Carmen Las Heras, a la que sí que conocí, me decía que procedía de ahí. Que solamente iban en ocasiones especiales como entierros y alguna fiesta y sobretodo visitar a la familia. Me comentaba que se lo pasaban en grande, la gente de la Peña era muy hospitalaria y rica, pero que jamás viviría allí por nada del mundo, por las condiciones que soportaban en invierno.

Todos años digo lo mismo, que es el último año que subo al campanario, según mi mujer miento, porque continuo subiendo todos los años como una costumbre. Cada peldaño es una única piedra que forma una maravillosa escalera de caracol, donde algún peldaño ya se encuentra ausente.

Apenas permanece de pie la torre de la iglesia San Miguel, el techo está prácticamente hundido.
Mucha lástima da, para aquellos personas  que a pesar de haberlo visto despoblado, sí que se podían contemplar todas las casas construidos, cementerio, naves de animales, la ermita, el aljibe, la posada, el horno...

Subo con mucha alegría, pero el corazón se me encoge al pensar que Almazul, pueda convertirse en unos años como la Peñalcázar, en futuro no muy lejano.
Deberíamos preservar ese magnífico patrimonio o por lo menos no destruirlo.
Tic tac.


































1 comentario:

  1. Hola Sergio

    Mi abuela era de Reznos y yo, al igual que tú, siempre subo a Peñalcázar por lo menos una vez al año. Soy periodista y siempre tengo la idea de recoger historias de los habitantes de la Peña para escribir un artículo o, sin son muchas, incluso publicar un libro. Sobre todo me interesaría encontrar hijos o nietos de los últimos habitantes, o si el último habitante, de nombre Segundo Alcalde Portero (que, si vive, ahora debe de tener unos 84 años) sería genial contar con su testimonio.

    ¿Tú conoces gente de allí? ¿Te han contado más historias? Mis tíos de Reznos también dicen lo mismo que tu abuela, que la gente de la Peña era muy hospitalaria y que además las tierras allí daban muy buen grano, por lo que eran más ricos que en otros pueblos.

    En fin, que estoy muy interesada en dar a conocer toda la zona y si quieres, puedes localizarme en www.casatiajulia.com y vamos hablando.

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