Hasta hace unos pocos años, la figura del alguacil era
prácticamente una institución .
Un alguacil era un servicio público para el pueblo por el
cual el mantenimiento del mismo era fundamental.
Este año para el periodo estival y parte de otoño se ha
contratado a Igna, hijo del Clemente de Almazul.
Durante este tiempo ha estado realizando tareas de
conservación y limpieza por el pueblo.
Agradecer todo lo que está realizando, ya que es muy
voluntario y mañoso y sobretodo colaborativo en mejorar las instalaciones y
mantenimiento del pueblo de Almazul.
¡Hola! Hoy tenemos con nosotros a un alguacil muy especial, encargado de tres encantadores pueblos de Soria: Almazul, Mazaterón y Zarabes. ¿Cómo te sientes al ser el alguacil de estos pueblos?
Igna: ¡Hola! Estoy muy emocionado de ser el alguacil de Almazul, Mazaterón y Zarabes. Cada pueblo tiene su propio encanto y la gente es maravillosa. ¡Es un honor servirles! Me siento muy satisfecho. Cuidar de los tres pueblos es un trabajo que me apasiona, y ver los pueblos limpios y ordenados es una gran recompensa.
¿Cuál es la parte más divertida de tu trabajo?
Igna: Sin duda, las fiestas locales. Siempre hay algo especial en cada pueblo, desde las hogueras, aunque este año no, hasta los campeonatos y cucañas. ¡Y no puedo resistirme a un buen baile!
¿Cuál es la tarea que más disfrutas en tu trabajo?
Igna : Me encanta quitar hierbas y mantener los espacios públicos en buen estado. Hay algo gratificante en ver el resultado de un buen día de trabajo, con los caminos y plazas luciendo impecables.
¿Y cuál es el mayor desafío que enfrentas?
Igna : A veces, la naturaleza puede ser un poco desafiante. Las malas hierbas siempre vuelven, ¡pero estoy preparado para enfrentarlas!
Por último, ¿qué mensaje te gustaría enviar a los habitantes de tus pueblos?
Igna: Que todos podemos contribuir a mantener nuestros pueblos limpios y bellos. Un pequeño esfuerzo de cada uno hace una gran diferencia. Que siempre cuenten conmigo. Estoy aquí para ayudar y hacer de nuestros pueblos un lugar aún más especial. ¡Y que nunca falte la alegría!