El calor extremo del mes de abril abortó una relativa cosecha media.
La escasez de agua en el invierno y la esperanza de lluvia en la primavera hizo desvanecer los ánimos del agricultor.
En los últimos días en Almazul, desde la tromba de agua del día de la festividad de la Virgen de la Blanca hasta hoy, han caído unos 40 litros en total.
Son bienvenidos estos litros, pero no ponen remedio a los trigos y cebadas que estaban ya con el grano. Quizás las cebadas tardías son las únicas que se puedan beneficiar algo, pero aún así será insuficiente.
Únicamente queda por saber si es posible sembrar los girasoles, que no se han podido sembrar al estar tan mojada la tierra.
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