La experiencia de la gente mayor es grandiosa, sobretodo los que han pasado tantas guerras, pandemias y apuros, bicoca con lo que ocurre en la actualidad.
Hace ya unos meses se colgó en www.eldiasoria.es, una entrevista a la Felicitas Jiménez Ridruejo.
Esta señora vino acompañando a su hermano del cura Victoriano, al que el pueblo le profesaba gran cariño, y por su fabulosa voz a la hora de cantar la misa en Almazul.
Durante su estancia en Almazul, tuvo un novio almazuleño durante 3 años. Pero al final que se casó con el quincallero Santiago López Picazo, que era de Ciudad Real, pero se asentaron en Almazul. Estuvieron viviendo en la calle Real nº 19.
Tuvieron dos hijos que se marcharon a Soria capital.
La entrevista es muy amena y se queda corta de la sabiduría que derrocha y nos quedamos con hambre de saber más. No obstante, escribió sus memorias de un pasado y presente, para que en futuro se conozcan.
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