miércoles, 26 de mayo de 2021

Paisajes en la primavera soriana

Cuando el calor empieza a apretar, la naturaleza se despereza del largo invierno y, como los humanos al terminar el estado de alarma, sale impaciente con gran algarabía.


 

El campo de Almazul está realmente precioso y digno de visitar.

Muchas personas se acercaron este fin de semana al pueblo. Algunas llevaban un año sin acudir debido a la pandemia. Así,después de tanto tiempo, las ganas de volver a Almazul eran muchas.


 

Para los que tengan jardín, habrán comprobado que la hierba ha crecido a raudales.

Los trigos y cebadas dan hambre verlos, y esperemos que granen bien y quiten el hambre con su grano.


 

El cementerio municipal está muy bonito. Aunque apenas hay gente que lleva flores a los difuntos, la propia naturaleza les proporciona un sinfín de amapolas y margaritas, dando un colorido fabuloso a los que nos esperan.





Incluso la zona de los infantes está a rebosar con sus flores moradas. Hasta se oye un runrún de zumbidos de abejas, que es como si estuvieran rezando por sus almas con sus oraciones y letanías.


 

Los columpios de la plaza, por fin se han vuelto a llenar después de varios meses sin oír la risa de un niño.




 


Se puede comprobar como a lo largo del invierno, Paco y sus ayudantes han ido arreglando las casas de Almazul, y sobretodo dando color al pueblo pintando fachadas.


 

Aunque el fin de semana bajaron las temperaturas con un ligero cierzo, las temperaturas rondaron entre 24º y 6º.

Alguna racha de viento daba un toque marítimo a los campos de cebadas y parecen que bailaban al son del viento, haciendo olas con las largas espigas.

 



 Por Zárabes y Mazaterón los campos están muy parecidos.








Aquí os dejo más fotografias.











De lo único que puede presumir, de familia, amigos y el pueblo de Almazul.




No hay comentarios:

Publicar un comentario