Desde el páramo de Almazul, nos despedimos de este año 2021.
Esperando afrontar un nuevo año con ilusión y simplemente sobrevivir, que al final es lo importante.
La lotería del nº 42126 pasó de largo, así que aplicaremos el dicho del amor y la salud.
Hasta el que me casó, se me casa. Como la salud va cumpliendo años, nos vamos deteriorando con la edad, al final el que permanece es el amor.
En el balcón nos falta el rey, pero no hay luz suficiente, y es muy cara.
Menos mal que la luz del Sol nos dejan estos impecables atardeceres.
Las autoridades nos dicen que tenemos que llevar la mascarilla en el exterior. Se me hace extraño que se haya decretado eso, simplemente con la encuesta de 1000 personas corrientes sin conocimiento alguno en ciencia. Eso nos pasa por no tener conocimiento de a quien votamos.
Quizás hubiera sido mejor que hubiera existido el comité de expertos y ya tendríamos a quien echar la culpa.
Resulta paradójico que en la plaza de un pueblo sin gente, haya un pobre abuelo sentado solo en el banco, con la cabeza gacha, con la mascarilla puesta, y no haya nadie alrededor. La soledad personificada, pero sí, con mascarilla.
Nos vemos al próximo año, y si es en Almazul, muchísimo mejor.
Fuente fotografías. Félix López.