viernes, 11 de septiembre de 2020

Sorpresas que da el verano

 Desde que vive Paco (el albañil) y su cuadrilla en Almazul, pocas casas les quedan para entrar y hacer alguna reforma o apaño.

En los últimos días de agosto, Paco fue a sacar la piedra de la casa del tío Justo, y en el marco de la ventana apareció la fecha de cuando se puso esa madera. Nada menos que en 1796.

Han pasado más de 224 años y, se puede decir, que la madera se encontraba en perfectas condiciones y sin nada de carcoma.

Son casas muy humildes que las hacían cuando tenían un hueco libre los habitantes de Almazul, a pesar de las múltiples tareas agrícolas que tenían. 

Se notaba en la casa del tío Justo que las paredes estaban hechas en diferentes épocas e incluso una misma pared podía no pertenecer a un mismo dueño, si no que podía ser como pequeñas habitaciones que se iban encajando en la casa de al lado. Incluso a veces se intercambiaban las habitaciones, terrenos o simplemente la perdían por juegos.

 Materiales baratos y fáciles de conseguir: piedra (que sobran, que se lo digan a los agricultores), barro y paja. Excelente aislante, calor en el crudo invierno y frescor en el tórrido verano.

 Le dije a Paco que pusiera su firma y el año 2020. Sería sorprendente que 224 años después alguien lo viera y sobretodo en pie, y dijeran: "¡Anda en el año del Covid también hacían buenas paredes!".

¿Se imaginan que en el año 2.224 se pudiera ver la pared con su firma? Los descendientes de Yoel nos lo dirán.








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