Aunque es díficil alcanzar el siglo de vida, parece que en nuestra zona de Soria es algo común. Y es que son muchas las personas que llegan a esta edad como es el caso de Cándida.
Vicente y Petra tuvieron a 5 hijos, 4 de ellos se quedaron solteros y sin descendencia. Ellos han convivido juntos en la misma casa e incluso en la Residencia. Serafín el más mayor, Cándida, Eugenia y Pedro eran llamados "los pedrillos". Todos han fallecido ya, pero siendo muy mayores. Sólo sobrevive Cándida.
Cuando era pequeño solía ir a su casa, realmente no eran familia mía pero los profesaba respeto admiración y cariño; y ahí me los encontraba en el poyo de su casa. Serafín tenía una deficiencia para moverse y para hablar, jamás había salido del pueblo pero era muy inteligente a su manera. Siempre que me veía decía de forma inteligible para mí que cogiera confites y pastas.
Cándida lleva ya muchos años en la Residencia de Serón de Nágima.
Hasta
hace unos 6 años caminaba sin bastón, como suelen decir en la zona iba
tan pita como una perdiz andando. Tiene en la cama un muñeco que lo
tiene como su hijo, es su bebé, lo cuida, le habla y le canta. Intento ir todo los años a visitarla y este año fui con Elisa. Se alegró mucho de verla, incluso me conocía y se encontraba muy risueña con poder alcanzar los 100 años.
Me recordaban a las estampas y personas que Miguel Delibes retrataba en sus libros, sobre todo en "Los Santos Inocentes", es especial a Azarías interpretado por Paco Rabal (Milana bonita). Hay un montón de anécdotas del buenazo de Serafín. Él estaba sentado en una silla de esparto (por supuesto), una vez se la enseñaron una de plástico, y miraba al cielo, y alucinaba, se sorprendía que qué maravilla de silla, y se preguntaba cómo podían existir esas excepcionales sillas.
Un día de verano pregunté a Pedro donde estaba su hermano y me dijo que el chico estaba en la cama, era la una del mediodía y el chico tenía ya 80 años.
Cuando fueron a la Residencia al alma cándida de Serafín no le encajaba ese mundo, apenas vivió. Normal y lo comprendo.
Se me pasa por la mente el programa del otro día de Salvados de la Sexta sobre la despoblación en zona Celtibérica, grabado en parte en Utrilla (Soria), donde dos hermanos mayores de 93 años y el otro de más de 80 años, que se negaban a vivir en la capital. Lógico. De 750 habitantes, de los años 50, a apenas 54 habitantes. El más joven con 39 años (casualmente estudiamos juntos).
Un ejemplo que se puede extrapolar a cualquier otro pueblo.
Pueblo que desaparece, desaparece su cultura, tradición y patrimonio. Pero mientras haya alguien, ascuas habrá, aunque sea unos días en verano. Todavía hay esperanza en esta agónica prórroga.
Programa "Tierra de Nadie" Salvados. La Sexta
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Fuente: Desdesoria.es
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