Durante la Semana Santa, me comentaba el alcalde, lo orgullosos que nos teníamos que sentir al poseer una joya patrimonial como es la iglesia parroquial.
Pero no solamente por eso, si no porque se había podido recaudar todo el dinero necesario para seguir manteniendo y restaurando dicho tesoro.
Seguía diciendo que muchos compañeros suyos y alcaldes se sorprendían y admiraban a la vez que un pueblo tan pequeño se recaudase tanto dinero para mantener y restaurar una iglesia, cuando en la actualidad, la excasez de dinero e interés hacia lo religioso hacen medrar la colaboración a sostener dicho patrimonio.
A veces se olvida, como nuestros ancestros sin tener apenas dinero, se construía y mantenían iglesias.
En breve, podremos contemplar una talla idéntica a la Virgen de la Blanca, posiblemente y pensado de manera razonable, que esta festividad de 27 de mayo, sea la última vez que se saca la talla original por las calles de Almazul. Quedan pocos días para las vísperas y la novena.
Así se protegerá la talla, y permanecerá para siempre en el retablo.
Y se utilizará el clon de la Virgen para los oficios religiosos.
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