domingo, 11 de enero de 2015

Gracias

Dios aprieta pero no ahoga.  A pesar de las tempestades, se compensa con las buenas caras y buenos gestos de la gente de alrededor, sobretodo de Almazul

Toda la vida el almazuleño se caracteriza por ser luchador y taciturno, no se queja, se adapta a cualquier condición. Aguanta el frío, la soledad, la indiferencia, el silencio de los políticos... pero ahí permanece.

Será cabezón, el de Almazul, pero ahí se mantiene; en la guerra como en la realidad es una continua lucha. Como dice mi padre, hay que poner la capa según viene el aire. Y ahí estamos.

Ah, gracias por estos días a la gente que se acordaba, por su palabras y pensamientos y las muestras de cariño.

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