Gran fervor en un día de ligero calor y escasa brisa primaveral.
La festividad de la Blanca se celebró un año más.
Este año el mayordomo fue Raúl Martínez, que lleve el ramo.
La Virgen recorrió las calles en procesión tanto por la mañana como por la tarde.
Las mujeres entonaron a la perfección los cánticos a la virgen.
El pendón colorado voló con gusto entre los campos verdes esperando lluvias para que engorden el grano.
La bandera, también dio pleitesía al pairón del San Roque, que está en el barrio de las Colmenas.
Durante tres puntos estratégicos por las calles del pueblo, se ponían a pedir limosna a la virgen, antiguamente, había que apoquinar para poder pasar por ese sitio.
La comida fue muy generosa y animada. Lo mismo que la subasta de roscones, donde la gente pujó por los dulces más la tarta en conmemoración de la Blanca.
Otro año más. Que de eso se trata.