Sin embargo muchos almazuleños han acudido a los cementerios a recordar a sus seres queridos.
Este año, y justamente en esta época el cementerio municipal cumple 70 años.
Fue construido en el 1947, relegando al antiguo que se encontraba al lado de la iglesia. Así se preservaba de las enfermedades que se contraían del aire que despedía los sepulcros, alejandose del núcleo urbano.
En la puerta, el herrero dejó constancia de este dato, donde aparece en los laterales el 19 y el 47, tal como muestran las fotografías.
Aunque suene macabro, la primera enterrada en el cementerio fue Lucía Palacios, que se encuentra todavía su cruz, y como lápida han puesto la de su hijo Gerardo Rubio Palacios. El segundo fue mi bisabuelo Román Martínez, hijo de Patricio y Lucía Vargas. Enfrente se encuentra su consuegra Marta Aleza, también bisabuela y matriarca de muchos descendientes de Almazul, y justo detrás de él (ya en las tumbas más modernas, que poco a poco se están rellenando con rapidez no deseada), su nieto José Ángel Acebes y su nieta política (mi madre) Milagros Alcázar.
Al final van a tener razón los que dicen que, en los pueblos son todos familia.
Que Dios los aguarde en su gloria y que nos esperen muchos años, que de momento no tenemos prisa.
